Plan Leche, otra promesa del gobierno de San Luis para “acabar con la pobreza”

En 2017 el Gobernador, habría anunciado un proyecto para bajar un 35% el precio en la góndola y ayudar a los tamberos para que dejen su producción en la provincia. Malos manejos, inversiones poco claras y un descuido dieron por perdido este proyecto.

En julio de ese mismo año, los tamberos puntanos, que trabajan en condiciones difíciles para la cría de vacas, recibieron una noticia que les iluminó el rostro: San Luis iba a crear una “Usina láctea”, según la promesa del gobernador Alberto Rodríguez Saá.

Los tamberos recibieron la promesa de un precio 10% superior al que le pagaba La Paulina por la leche en tranquera. Y además podrían aumentar su plantel de vacas a través de un leasing. La provincia, en tanto, iba a comprar una máquina ultra pasteurizadora para garantizar la calidad de la leche, que iba a salir al mercado con la marca “San Luis”.

La industrialización, quedaba a cargo de la empresa Montebianco, que se iba a encargar del ensachetado para llegar a la góndola.

El consumidor también iba a tener el provecho del Plan Leche, ya que la idea era bajar el precio en la góndola un 35%, porque ya no existiría el flete de ida y vuelta desde Córdoba, Santa Fe o Buenos Aires, los verdaderos polos lecheros de la Argentina. “Vamos a invertir 41 millones de pesos, que los tenemos, por eso empezamos ya mismo, para tener leche barata en el menor tiempo posible y seguir luchando contra la pobreza”, fue la consigna del Gobernador.

Pero toda la injusticia que vivían estas personas que parecía había llegado a su fin con el “Plan Leche” que el gobierno con toda la ambición había planteado, duro muy poco.

Una cosa es mirar gráficos en un Excel y otro muy distinto es la realidad en el campo. El Plan Leche, fue una buena idea que con malos gestores, pasó como una pequeña nube de agua.

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