La Unión de Trabajadores de la Educación Provincial realizó un relevamiento en los establecimientos educativos provinciales y los resultados son alarmantes.

El hecho ocurrido la pasada semana en el que un alumno de la Escuela N°6 “Santa María Eufrasia” fue apuñalado en una pierna por otro no fue un caso aislado.

El incidente tenía varios antecedentes de violencia, que tenían como origen relaciones familiares y barriales. Pero que detonó dentro de una institución educativa.

Estas situaciones cada vez tienen mayor habitualidad pero pocas toman trascendencia pública y se mantienen dentro de la comunidad educativa.

A pesar de ser trasmitidas a las autoridades con la necesidad de trabajar sobre los problemas, las respuestas que reciben desde el Gobierno son nulas.

Sumado a los inconvenientes educativos y edilicios que padecen los docentes, directivos y alumnos dentro de las escuelas de San Luis, existen otros que revisten una enorme gravedad y que el gobierno provincial prefiere ocultar.

A diario en las instituciones educativas de San Luis se viven hechos de violencia de distintas magnitudes entre los propios estudiantes y, que a veces, incluyen a los educadores.

Episodios de violencia que crecen, un incremento en el consumo de drogas, estudiantes que van a clases con armas blancas e intentos de suicidio en edades cada vez más tempranas, son algunas de las realidades que marcan un contexto social alarmante de nuestra provincia, sin recibir ningún tipo de respuesta desde el Gobierno de Alberto Rodriguez Saá.

En este escenario, la secretaria General de la Unión de Trabajadores de la Educación Provincial (UTEP), Soledad Correa Amiotti reconoció que lo sucedido días atrás con el joven apuñalado, es un hecho más de los que no se conocen públicamente. Y que por eso, desde hace años piden la conformación de gabinetes psicopedagógicos para de alguna manera “dar respuesta a la problemática social” de los chicos.

Correa Amiotti explicó que desde el gremio han realizado relevamientos en los establecimientos para conocer las diferentes condiciones de los docentes, los alumnos y directivos.

Entre los datos obtenidos enumeró “un aumento en la violencia, mayor consumo de drogas y uso de armas blancas por los chicos”.

“Esto está preocupando mucho a las instituciones educativas, a los equipos directivos y docentes. Cuestiones que nos están sucediendo, pero que quedan de la puerta hacia dentro”, expuso en declaraciones al programa Nada Secreto de radio Universidad.

Sobre las armas blancas, transmitió que los estudiantes dicen tenerlas “para defensa personal para cuando salen de la escuela porque son abordados y les roban la mochila o los golpean para sacarles celular o zapatillas”.

“Estas son las realidades que están viviendo muchos de nuestros jóvenes.

Vemos mayor presencia de armas. Y desgraciadamente el consumo de drogas y alcohol aumenta exponencialmente”, graficó.

Pero esa no es la única inquietud, sino que se suma “cómo vienen creciendo los intentos de suicidios en jóvenes y adolescentes, se dan cada vez en edades más tempranas”.

Por lo mismo, reiteró que en numerosas ocasiones pidieron al ministerio de Educación la implementación de gabinetes psicopedagógicos con profesionales que puedan trabajar sobre estas realidades, pero la respuesta es que «no hace tanto tiempo».

Por otro lado, tuvo en cuenta el “número de chicos que sufren abuso” donde “el director y docente debe denunciar estas situaciones y se encuentran solos, siempre enfrentándose a una familia que amenaza”.

Además, manifestó que “Hay muchísima soledad y se trata de acompañar a los jóvenes. Tienen que trascender las cosas para que se logre mayor intervención del ministerio de Educación. Es necesario un plan de contención”, subrayó.