Un grupo de prestadores de discapacidad, familias y transportistas convocan a un paro de tres días (29, 30 y 31 de agosto) y a una movilización que se repetirá en distintas ciudades del país. La movilización es en reclamo por la falta de pago por parte de Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) a las obras sociales y de éstas a los prestadores que atienden personas con capacidades diferentes.
En la convocatoria se detallan una serie de reclamos:
• Cobramos 3 o 4 meses después de brindada la prestación.
• Los aumentos no se corresponden con la inflación del país.
• Las prestaciones de discapacidad están en riesgo porque la SSS quiere dejar de cubrirlas.
• La SSS este mes no transfirió el dinero a las obras sociales para pagar nuestros honorarios. estamos hace más de un mes sin cobrar.
En San Luis, la Plaza Pringles fue el lugar de reclamo y movilización de los prestadores de obras sociales, de docentes, transportistas y familiares de personas con discapacidades.
“Estamos reclamando el pago adeudado de las obras sociales a las prestaciones y también estamos reclamando por la irregularidad en este mecanismo de pago, sumado la incertidumbre de cómo vamos a seguir y el temor al ajuste que verdaderamente nos afecta” dijo Ana María Lombardo, Directora de Incide.
La deuda que atraviesan, en estos momentos, corresponde al pago que se recibe en el mes de agosto pero que en realidad es el del mes de junio, situación que se determinó así sin ningún aviso previo y se les aviso que tendrán novedades al respecto, recién a mediados de septiembre. La demora en los pagos, es con algo que han lidiado desde siempre aquellos que trabajan con este tipo de prestaciones.
La responsabilidad del Gobierno Nacional en la falta de pago, es por “parar” el reintegro a las Obras Sociales, sin dar el dinero que les corresponde realmente para pagar a todos los trabajadores involucrados en el sistema. “No podemos seguir así, solo hemos cobrado hasta mayo” remarcan la mayoría de los profesionales involucrados.
Sin embargo, por el momento se ha decidido no detener las prestaciones, porque hay mucha gente que necesita seguir con sus tratamientos y el servicio. Pero recalcan: “necesitamos que valoricen nuestro trabajo, esta es una manera de no reconocer el laburo que uno hace todos los días, que es dificultoso, que es desgastante, y encima sin cobrarlo” finalizo Lombardo.