Este martes se llevaron a cabo procedimientos dispuestos por Policía Federal en el barrio Rawson y en El Suyuque. Se buscaron pruebas para una investigación que estaría relacionada al destino de lo recaudado por la venta de bolsas descartables y a la trata de personas.
Como resultado de 32 allanamientos en distintos puntos del país, se rescataron a 403 víctimas de trata de personas con fines de explotación laboral. En San Luis, se clausuró momentáneamente la sede y quienes pertenecían quedaron en la calle.
Un paciente de la Fundación mencionó que pasó la noche en la calle y que está “vendiendo sahumerios para poder sustentarme y ver si puedo pagar algún hospedaje y no pasar hambre ni frío”.
Es de La Rioja y en caso de no conseguir rápidamente un empleo, la intención es recaudar para los pasajes y regresar a su provincia.
“Quedaron muchos chicos en la terminal. A algunos los padres les han pagado los pasajes de regreso y otros quedaron en la calle y sin nada”, expresó.
En la “Granja Comunitaria” de Remar estaba hace 4 meses y medio y relató: “A las 7 nos despertaban. Hasta las 8 salíamos a buscar leña y nos hacían trabajar para poder ganarse el plato de comida día a día y darnos agua caliente y una cama”.
A cargo estaban dos personas que se enojaban en caso de “no vender nada”. El paciente salía y caminaba toda la mañana y tarde: “Llegaba agotado”.
Reconoció que en Remar San Luis hubo maltratos y que había mucha gente con problemas judiciales acusada de robos.
Quedó en la calle, que “está peligrosa” y busca imperiosamente un trabajo para poder subsistir.
Remar es una ONG internacional sin fines de lucro, que cuenta con un número de personas dedicadas íntegramente a la ayuda humanitaria.
El Chorrillero