Esta medida marca un giro importante en la política estatal relacionada con el Correo Argentino, que deja de ser la única empresa con preponderancia en el sector.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, explicó que el servicio postal ya no se considera estratégico, lo que permite la participación de cualquier empresa que desee ofrecer estos servicios. La desregulación implica que no será necesario cumplir con un proceso de habilitación formal, lo que abre la puerta a nuevas empresas y actores privados en el sector. Cualquier persona jurídica interesada en operar en el negocio postal podrá hacerlo simplemente informando su actividad, mientras que las personas humanas también podrán participar en la mensajería urbana.
Uno de los objetivos de esta medida es fomentar la competencia, promover la digitalización y mejorar la seguridad en los envíos postales. Según Sturzenegger, también se permitirá la digitalización de telegramas y documentos certificados, extendiendo los beneficios de la firma digital remota al negocio postal.
Además, se espera que esta apertura favorezca el desarrollo del comercio electrónico, al permitir que nuevos actores operen como puntos de entrega o repartidores de envíos postales, lo que podría generar nuevas fuentes de ingresos para comercios, trabajadores informales y plataformas tecnológicas.
Con esta desregulación, el Correo Argentino ya no tendrá la exclusividad de servicios como los documentos oficiales y telegramas, lo que podría transformar profundamente el panorama de las comunicaciones en el país. Sin embargo, la medida también ha generado preocupación por la posible pérdida de empleos en la empresa estatal, que ya ha llevado a cabo despidos y una serie de recortes en su personal.
Esta decisión forma parte de una serie de reformas impulsadas por el presidente Javier Milei para reducir el tamaño del Estado y promover la competencia en diversos sectores, como ya ocurrió con empresas como Aerolíneas Argentinas.