El Índice de precios al consumidor registró en abril 8,4%, y acumuló en el primer cuatrimestre del año un incremento de 32%. En los últimos 12 meses, la inflación alcanzó el 108,8%.

La inflación se aceleró en abril y marcó un elevado 8,4%, el nivel mensual más alto desde 2002 (cuando trepó hasta el 10,4% en abril de ese año, tras la salida de la Convertibilidad). El Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumuló, así, en el primer cuatrimestre del año un incremento de 32%, mientras que en los últimos 12 meses, alcanzó el 108,8%.

Cabe resaltar que el IPC de marzo había registrado un alza de 7,7% mensual, lo que implica una suba de 0,7 puntos porcentuales para abril.

Durante abril, cuatro divisiones se encontraron por encima de la medición general y dos superaron el 10%. De esta forma, lo que más subió en el mes fue: Prendas de vestir y Calzado (+10,8%), Alimentos y bebidas no alcohólicas (10,1%), Restaurantes y hoteles (+9,9%); y Equipamiento y mantenimiento del hogar (+8,6%).

Si bien los aumentos fueron generalizados, se destacan los productos lácteos, azúcar, prendas de vestir, electricidad, todos por encima del 10%, mientras que carnes, panificados, medicamentos, todos en orden del 9%. Es altamente preocupante dado que todos los productos y servicios mencionados forman parte de los consumos básicos de las familias, minimizando las posibilidades de sustitución.

La escalada en la cotización del blue del mes pasado (+20%) impactó en los precios, además del tenso clima económico, político (oficialismo y oposición) y social que presenta la nación desde hace tiempo.

Al ritmo actual deja una panorama con pocas certidumbres respecto a cuál podría ser el número mínimo y máximo para el corriente año. Para alcanzar el mismo nivel que el año pasado el índice promedio hasta fin de año debería ubicarse en 5%. Sin embargo, en función de la inercia mensual presente podría alcanzar el rango de 125% a 145%.

Bajo este escenario, e incluso antes de la publicación por parte del INDEC, ya se acordaron adelantamientos respecto a los ajustes paritarios venideros. Es probable que los mismos se actualicen mensualmente, que las tasas de interés se ajusten por tercera vez, que la tasa de variación del tipo de cambio oficial sea más pronunciada (a pesar que va por camino opuesto), entro otros efectos colaterales.