Al parecer, la violencia sigue siendo el determinante más elegido en la Provincia de San Luis. Hace días, un violento ataque acabo con la muerte del oficial Diego Gatica. Esto trajo como consecuencia una suma recurrente de personas movilizadas no solo pidiendo seguridad, sino expresando que si hoy atacan a los oficiales, mañana le toca a cualquiera de ellos.

Las marchas fueron en dirección de la justicia por Diego y también se pidió la renuncia de varios oficiales mayores y del ministro de Seguridad, Luciano Anastasi.

Vale aclarar que con el correr de los días, no solo fue el caso del difunto oficial, sino que surgieron algunos ataques más en el resto de la provincia. El pasado sábado 10 de septiembre, en el departamento de Pueyrredón, dos efectivos fueron atacados brutalmente.

Ambos sufrieron lesiones en sus rostros, según se informa, los dos uniformados habrían realizado operativos de identificación de menores que estaban merodeando la zona de manera sospechosa, los cuales amenazaron a los efectivos. Media hora después, los intercepta un vehículo, de donde descienden dos hombres que los agreden y golpean, dando a la fuga.

Mientras tanto, el pasado domingo 11 de septiembre, atacaron brutalmente a un cabo de la Comisaria 37° de la ciudad de La Punta y quien al momento del hecho se encontraba de franco descansando en San Francisco del Monte de Oro. Según lo primero que se informa, el policía habría sido agredido por otros masculinos en la vía pública en horas de madrugada en cercanía de la Plaza Central. Este fue trasladado a la ciudad de San Luis para ser intervenido quirúrgicamente, ya que su diagnóstico fue de fractura del maxilar inferior.

Los robos, los ataques en banda, la violencia son actos inhumanos realizados por personas llenas de odio y rencor, según expreso el Gobernador de la Provincia. Ahora mismo ¿Cómo se recupera la confianza? ¿Cómo se vive sin seguridad? Todas son respuestas que el Gobierno aún no decide dar y que el mismo ministro de Seguridad no soluciona.