Se trata de la liberación de mosquitos machos estériles, marcados con un tinte rojo para su identificación. Este método, impulsado por el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen), busca controlar la reproducción de la especie sin afectar al ecosistema.
El plan consiste en liberar miles de machos estériles que, al aparearse con hembras en la naturaleza, no generarán descendencia, lo que reducirá gradualmente la población de estos insectos. Este enfoque de control biológico ya ha mostrado éxito en la lucha contra otras plagas, como la mosca de la fruta.
La campaña comenzó con la liberación de 10.000 mosquitos en Guaymallén y continuará en otras zonas de la provincia. El tinte rojo aplicado a los insectos permite a los investigadores monitorear su actividad y asegurarse de que no se los confunda con mosquitos silvestres. Por esta razón, las autoridades han solicitado a la población que no los maten, ya que son esenciales en la estrategia contra el dengue.
Este innovador método de control, que ya ha sido utilizado en otros países, podría marcar un antes y un después en la lucha contra las enfermedades transmitidas por mosquitos en Argentina.